Los neumólogos alertan de los riesgos cancerígenos de los cigarros electrónicos.
Se trata de dispositivos electrónicos que simulan al cigarrillo convencional pero no emiten humo sino que atomizan una sustancia que puede contener o no nicotina –sustancia reconocida como capaz de generar una fuerte adicción–, además de glicol de propileno y otros productos, que se vende en formato de pequeños depósitos desechables. Según varios estudios de mercado, en España se han comercializado en los últimos años 900.000 unidades.
Por el momento, los pocos informes científicos llevados a cabo ya han demostrado que los cigarrillos electrónicos pueden causar «cambios en los pulmones a corto plazo que son muy parecidos a los cambios causados por los pitillos normales».